Para Jaime Zapata
―Mira fulano, ―le dije―, yo no ando con tu mujer. Ni me creas chismoso ni te creas de argüendes. A mí ella no me gusta; pero si me busca le tengo que responder como hombre. No es mi culpa que sea cabrona. Déjame en paz. Si algo tienes, arréglalo con ella y a mí no me estés chingando. No le gustó. Pero, ya te lo había dicho: no sirvió ni pa’l comienzo. Era pura boca. Luego lo fui a botar al río. Y como había llovido en cantidad, seguro la correntada se lo llevó hasta el mar. De aquí a que lo encuentren, va a pasar tiempo. Ahora que todo acabó te voy a enseñar que soy hombre de verdad, no chanderas. Ni modos. Así que apaga la luz y componte, porque ahí te voy.
Noviembre de 1992
Noviembre de 1992
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