lunes, 23 de marzo de 2009

AMATORIA SAGA

y el embellecimiento es también una deformación
MARGUERITE YOURCENAR


ACOGIMIENTO

El canto invoca
la terrible ternura enceguecedora
con que señalas a los que aman
bajo tu égida.



OFRENDA

El corazón es colibrí
embalsamado
para tu corazón fogoso
que asiste a sus batallas
sin coraza
y desuella
y quiebra y mata.



DEVUELTO A LA TIERRA

Y el corazón,
colibrí de obsidiana,
derrotado en pez
de noche y sangre,
anhela la derrota
sostenido
—sombra viva sin huellas—
por la luz matutina
de tus ojos.



EL POETA HABLA POR SÍ MISMO

He hablado con mi corazón. Me dijo,
aconsejado por El Duke, cosas
de amores lamentables y de acuosas
pasiones; del terrible regocijo

enquistado del alma en un cortijo
yermo; de las innumerables posas,
corte de mi cadáver a sus fosas
—que mucho he muerto, sin razón colijo.

Como estanca su impulso ante la playa
el agua tensa, así mi corazón
se detiene a advertirme, luego calla.

Sujeto, antes de abrirle a la pasión
la puerta, siento que algo me ha ocultado.
Llore yo si es mi corazón tu enviado.


MOVIMIENTO PRIMERO

El centro
del silencio,
el punto abierto
en el vacío.

Y la llama encendida
que sujeta
cuatro veces
la fuerza
de lo bruno.


MOMENTO DE REPOSO

La verdad, la permanente,
no la mudable realidad,
en modo de belleza,
obsequia la luz que esplende
en el plumaje
de tu cuerpo.

Nunca en reposo
porque el amor es ágil.


EL DESEO COMIENZA

Que el deseo avispe la garra
y la caricia toque el corazón.
Que la caricia afine el deseo
y el corazón se desgarre,
ola a ola, hasta vaciar su hambre.

Que el corazón se ahogue
con la sangre acariciada
hasta que el deseo fine
y resurja desnudo de la espuma.


LOS SUS AMORES

Buenos son sus amores más que el vino.
Quien los cata la besa y desconoce
la cuerda del reloj que da las doce
y el libro limonado del destino.

Quien los bebe desanda su camino
para enfrentar el óbito feroce
y fruir de la muerte el leve roce,
del olvido y el sueño convecino.

Caminante: si acaso algún interno
ardor lascivo el corazón te aprieta
,
desbebe tus deseos, los terrenos:

sus amores ignoran el infierno.
Su natural es uva que secreta
sacros humores para los obscenos.


PAUSA PRIMERA PARA ESCUCHAR A SABINES

Un hombre pobre, pobre, se busca en el espejo
como si no supiera, el pobre,
que todo está a oscuras, ciegamente a oscuras.
Mas se resiste y grita; grita, gesticula, grita,
como perro agusanado aúlla como perro desperrado.
Sufre como puta sin marido y con deudas ancestrales,
que sufre con las piernas abiertas para aliviar sus males
y se abre, se trastea, se empuerca.

Un hombre miserable y descastado
encarga su alma al Diablo
pues ha visto cara a cara a la ternura
y le duele de inmediato
porque es un hombre pobre,
un pobre hombre solitario.



MOVIMIENTO SEGUNDO

Ruptura
de lo oscuro,
reverso
del reposo,
tu cuerpo
y su música
florida.

Delicado
hábito
del movimiento.



INSTANTE EN MOVIMIENTO

El deseo
consumado
—serpiente desplomada—
enluta el eclipse
que engendran
tus labios.



PERMANENCIA DEL DESEO

El cacaotal en el aire
se sostiene.

El labio le muerde el labio
y las luciérnagas lloran
su luz de finos aromas.

El cacaotal en el aire
se derrama.

El beso se profundiza
por los veneros del cuerpo.
El aire se hace pequeño.

El cacaotal en el aire
se enrarece.



CANCIÓN DE LA NOCHE SOLA

Sí, la noche me impone su pasión desmedida,
sus sueños derrotados, su dulzura vacía.
El pensamiento, espejo que ahuma los deseos,
navega por las aguas de un río subterráneo
y mira cómo el ave despierta en sus orillas:
cómo la vida pasa, cómo todo fenece:
tan silencio la muerte cada cosa destruye
y sólo el universo escapa a sus colmillos.

Mas la pasión nos salva, nos aleja del polvo,
nos detiene en el tiempo sin que el odio nos toque.
El amor de los cuerpos y de los corazones
es el sueño más alto, la belleza más clara,
el tiempo más profundo, el saber menos triste.

La negrura, la noche, tu ausencia, mis caricias
dispersas en la noche sin que toquen tu cuerpo
y el corazón adulto soñando en sus laureles.
Y la pasión estalla y el llanto de la noche
me sumerge en tu ausencia, anulando los nombres
de las cosas sagradas, de los días que vienen.

No me niegues tus ojos, no hagas lenta la muerte,
deja que tu ternura aniquile la noche.



SEGUNDA PAUSA PARA QUE OCTAVIO SE MIRE

Espejo donde miro
El mismo
siempre
He sido él y otros
El mismo
Fui Soy Seré
Sigo siendo
Agua dormida
Murmullo circular
del agua
Para ser espejo
Donde los otros son
Donde somos
luz irreal
Donde
El espejo es el centro.



MOVIMIENTO TERCERO

El pájaro
floreciendo
hacia la vida,
hacia la muerte,
desde el vacío,
tu corazón.



EL LAPSO ES ESPEJO

La artera certeza
de que en tus ojos
copulan y aman
dioses y fantasmas,
himplan y copulan
jaguares armados,
fecundan y sangran
ríos bajo tierra,
florean y ascienden
cenizas de viento.



EL DESEO SE EXTINGUE

Aspiro, apenas, a ser espectador.

Conocer, siquiera apenas,
el maravilloso golpe de tu ausencia.



SI LA PASIÓN SE GESTA

Que germine la pasión
y un grano de placer
me sea concedido.



LA SED ES ANIMAL LOZANO

Y el corazón embalsamado
es colibrí diurno
que bebe la noche
en la abierta flor de cempoalxóchitl
que en tu corazón florece.



EL FIN ES PRINCIPIO

Desarmado colibrí,
el corazón anula
su nombre en la batalla,
se empreña de deseos
con tu sangre
—cálido cacao
que embriaga y excita.

Rehace su trinchera
porque la destruyas
con todas las fuerzas.



Nota: El verso Buenos son sus amores más que el vino es paráfrasis del Cantar de Cantares. Y los versos Caminante: si acaso algún interno/ ardor lascivo el corazón te aprieta pertenecen a Quevedo.

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