martes, 21 de julio de 2009

CONVERSACIÓN SOBRE LO CONVERSACIONAL EN ALGUNOS POETAS CÍVICOS MALDITOS, Y OTROS COMENTARIOS QUE ANOTO, A MODO DE CONVERSAR DE TÚ A TÚ CONTIGO


Sy queredes, senores, oyr un buen soláz,

Ascuchad el rromanze, sosegadvos en paz:

Non vos diré mintira en quanto en él iaz;

Ca por todo el mundo se usa é se faz'.

Joan Ruiz

La finalidad de la sincronización es asegurar que el destello

ocurra cuando el obturador está completamente abierto.

M. J. Langford

BUSCANDO LA COMPLICIDAD DE ÓSCAR OLIVA, le comenté mi admiración ante la antipoesía del poeta Parra y el maestro me habló del Neruda de Estravagario (1958), que explora la poesía desprovista de la oscuridad de Residencia en la tierra y lejana a la grandielocuencia de Canto general y de Odas elementales. (Por cierto, en esos días, Sheley había expresado que el mejor poeta mexicano era un tal alias Pablo Neruda. Humor blanco, pensé en ese momento). En 1954, Nicanor Parra publicó, en un acto parricida, Poemas y antipoemas, donde convoca una poesía que utiliza como argucia el habla, la conversación común y corriente, las frases hechas, e incluye a los seres y las cosas cotidianas. Y, al parecer, resultaba que la voz de Estravagario aceptó explorar la poesía conversacional bajo la influencia del antipoeta. Sin embargo, y luego de másleer Residencia en la tierra me enteré que allí se encuentran ya personajes y ambientes que serán centrales en la antipoesía parriana; además, Caballero solo y Walking around están emparentados con ésta. Y como seguí leyendo, descubrí a un colombiano: Luis Carlos, El Tuerto, López.

Por el rústico parque provinciano,

donde a veces me pierdo

cogido de la mano

de un recuerdo,

la sobrina del cura

me pasea

su caderamen... La temperatura,

que a intervalos aplaca la disnea

de la brisa, es ardiente...

Y yo retorno al tiempo primitivo,

cual si tuviera cuernos en la frente

y unas patas de chivo,

escribiría en 1910, como remedo al poema Dafne de Darío. En 1929, escribe:

No hagas más lindos versos. ¡Deja esa chifladura!

fabrica calcetines, engorda tu caudal,

pues hoy -y te lo dice tristísimo este cura-

se pierde mucha plata surciendo un madrigal.

El Tuerto utiliza el habla, lo conversacional, en sus poemas en su propósito de desacralización del lenguaje poético, a contrapelo de los críticos y oyendo con agrado sus maldiciones y menosprecios. Por esta actitud antiliteraria, Rubén Darío mismo se negó a publicarle algunos poemas en Mundial Magazine, por según, ésta "...es una revista seria, honrada y burguesa, por lo que no puede aceptar la colaboración de Ud." Ya en 1920, El Tuerto había anotado su epitafio:

Mas dejo al irme -amén de lo que dejo:

salud, papel moneda- este librejo

y otros libros sin literatura

que no valen siquiera un estornudo

para que tú, lector hueco y panzudo,

los tires al barril de la basura.

Aunque la poesía de El tuerto López está emparentada con algunos poemas de Martí y Gutiérrez Nájera, el antecedente implícito en su obra es el Arcipreste de Hita, don Joan Ruiz: solía recitar poemas y poemas del Libro del buen amor. Y efectivamente, en la lengua castellana, él llevó con maestría el habla, el rromanze, el lenguaje vulgar, a la literatura. Este hombre utiliza la cuaderna vía, la métrica del mester de clerecía, a su gusto y antojo para hacer alternar versos de catorce y dieciséis sílabas, alterando su rigidez; incluye poemas de arte menor, de fiel catadura juglarezca, entrellos la troba cazurra, de notable origen árabe, y cántigas de serrana o serranillas. A decir de María Rosa Lida de Malkiel:

el Buen Amor ofrece un estilo sabio cuya retórica es más rica que la de Berceo y la del Alejandre, como es más rica la calidad de su saber, y, junto con tal medio erudito y en transición difícil de graduar, presenta un estilo popular que es probablemente su más fecunda novedad

En él, lo popular pervierte lo culto. Julio Rodríguez-Puértolas anota que

Utiliza también Juan Ruiz el habla real y viva, popular y asimismo coloquial, así como el refranero y la sentenciosidad proverbial, de que se han anotado hasta 377 ejemplos.

Y ya emocionado anta la presencia de tamaño hombre, Julio Cejador y Frauca dice:

“Señores, hevos servido con poca sabidoría: / Por vos dar solás a todos fablévos en jograría.” Con estas palabras, y mucho más con su libro, sus cantares y "cántigas de dança e troteras, para judíos e moros e para entendederas, para ciegos y escolares, para gente andariega" (c. 1513, 1514) alzó bandera revolucionaria en el campo de la literatura erudita, injertándole la savia popular, la única que suele engrandecerla. Él fue quien enterró el mester de clerezía, desgarrándose de la tradición latino-esclesiástica; él quien rompió todos los moldes de erudiciones trasnochadas, de ritmos apesadumbrados y de entorpecimiento de andares; él quien supo aprovechar como nadie en sus apólogos la manera pintoresca y sentenciosa de la literatura oriental, harto mejor que en sus prosas D. Juan Manuel, su contemporáneo; él quien dio vida a la sátira moral, harto mejor que el Canciller y el Rabí; él quien llevó a la literatura castellana las cantigas, las villanescas y las serranillas gallegas; él quien zanjó para siempre el realismo de nuestra literatura; él, en una palabra, quien dio vida de un golpe y en un solo libro a la lírica, a la dramática, a la autobiografía picaresca y, sobre todo, a la sátira en todos sus matices.

Pa' pronto. O sea que lo conversacional en la poesía, lo cotidiano, el habla popular enriqueciendo la alta literatura, la cultivada y culta, viene desde antiguo. En beneficio de nosotros, oigamos a don Joan Ruiz, alias El Arcipreste de Hita, encareciendo al lector el trovadoril oficio:

La bulrra que oyeres, non la tengas por vil;

La manera del libro entiéndela sotil:

Saber el mal, desir bien, encobierto, doñeguil

Tú non fallarás uno de trobadores mill.

Ahora, don Joan Ruiz podría decir:

Durante medio siglo

La poesía fue

El paraíso del tonto solemne

Hasta que vine yo

Y me instalé con mi montaña rusa

Suban si les parece

Claro que yo no respondo si bajan

Echando sangre por boca y narices

si no fuera porque ya lo dijo antes un poeta extranjero nombrado Nicanor Parra, el prosaísta, poeta de lo conversacional por excelencia, según pensé en cierto tiempo, hasta que me enteré que una de las vertientes de la poesía latinoamericana de este siglo (y excluyo a España del asunto por falta de espacio) utiliza lo prosaico, lo conversacional, como una argucia central para mejor de nombrar las cosas y las experiencias, suponiendo que no es el lenguaje quien tiene la categoría de poético sino ellas; como dirá Parra:

La verdad, como la belleza, no se crea ni se pierde

y la poesía reside en las cosas o es simplemente un espejismo del espíritu

El nombrar las cosas con el nombre que tienen, rompe con el anterior lenguaje poético e instaura un nuevo lenguaje poético, que prefiere lo conversacional para descubrir lo poético en las cosas o en las experiencias. Es una actitud subversiva, y no corresponde sólo a la literatura latinoamericana de los sesenta, como algunos suponen; en otros idiomas podríamos encontrar una actitud similar. De Parra y de Padilla se dice que la heredaron de los ingleses. Aunque en el caso de Heberto Padilla, lo fundamental en su poesía no es el uso de la argucia conversacional sino su condición de poeta cívico y maldito.

(EPÍGRAFE PARA LA SEGUNDA PARTE)

Me complace que haya en la Historia

alguien que refiera a los espectadores lo que está sucediendo;

y que les indique, con elevado gesto, dónde deben poner la vista,

o, con la expresión más fiera y la mirada más intimidatoria,

a qué no deben acercarse,

como si algunas cosas hubieran de permanecer en el secreto.

Leone Battista Alberti

El Tuerto López y Parra fueron poetas comprometidos consigo mismos y, por añadidura, con su tiempo, con su contexto social; en represalia, fueron maldecidos; del primero, dice James J. Alstrum:

Ni siquiera en su nativa Cartagena se vendieron muchos ejemplares de los primeros libros de López, quien sintió los azotes de la hostilidad de la crítica nacional y la censura de varios sectores de su propio medio social. Por ejemplo, en 1912 una carta a El Porvenir, diario conservador de Cartagena, alegaba que lo único original en los versos de López era su contenido pornográfico y el empleo de vulgarismos.

Cómo no, si había escrito en 1920:

A MI CIUDAD NATIVA

Ciudad triste, ayer

reina del mar.

J. M. de Heredia


Noble rincón de mis abuelos: nada

como evocar, cruzando callejuelas,

los tiempos de la cruz y de la espada,

del ahumado candil y las pajuelas...


Pues ya pasó, ciudad amurallada,

tu edad de folletín... Las carabelas

se fueron para siempre de tu rada...

¡Ya no viene el aceite en botijuelas!


Fuiste heroica en los años coloniales,

cuando tus hijos, águilas caudales

no eran una caterva de vencejos.


Más hoy, plena de rancio desaliño,

bien puedes inspirar ese cariño

que uno les tiene a sus zapatos viejos.

Y en 1909:

CANCIÓN BURGUESA

Procura, mientras muere la mies en la cizaña,

flexible cual felino que avizora el ratón,

medir el salto... Y luego... ¡que gire la cucaña

de la vida! -No hay fuerza contra la tradición.


Flota como la espuma, zurce tu telaraña

y sé tan multiforme como un líquido. Con

la improbable paciencia del pescador de caña,

subirás poco a poco de escalón en escalón.


Después, atiborrado de honores y dinero,

gasta gorro y pantunflas cabe la lumbre. Pero

para hacer estas cosas sujétate a la ley


de todas las divinas y humanas tonterías,

sin asomo de pena, sin torpes rebeldías,

fingiendo la indulgente pasividad de un buey.

En Posturas difíciles, de 1909, leemos:

DESPILFARRO IV

Le fusilaron esta

madrugada,

como si fuese un criminal.

¿Y la social

protesta?

Ninguno dijo nada.

Y aún vibra todavía

dentro de mí -¡qué amarga

tontería!-

la descarga de la fusilería.

Mercedes Rein informa que cuando apareció Poemas y antipoemas

Algunos como el padre capuchino Salvatierra, se alzaron contra la antipoesía en nombre de la Moral: "¿Puede admitirse que se lance al público una obra como ésa, sin pies ni cabeza, que destila veneno y podredumbre, demencia y satanismo? Me he preguntado si este librito es inmoral. Yo diría que no; es demasiado sucio para ser inmoral. Un tarro de basura no es inmoral, por muchas vueltas que le demos al examinar su contenido".

Lo que trae a la memoria el "barril de la basura" del Tuerto. Y es que la poesía de Parra es ácida y crítica, desacralizadora, no sólo porque utiliza el habla como argucia central sino porque logra recontextualizarla, a nivel formal, dentro de un nuevo discurso poético, donde el surrealismo se asoma; sino porque, además, utiliza la sátira, la ironía, el humor negro, para reforzar su actitud destructora.

EL PEREGRINO

Atención, señoras y señores, un momento de atención:

Volved un instante la cabeza hacia este lado de la república,

Olvidad por una noche vuestros asuntos personales,

El placer y el dolor pueden aguardar a la puerta:

Una voz se oye desde este lado de la república.

¡Atención, señoras y señores! ¡un momento de atención!

Un alma ha estado embotellada durante años

En una especie de abismo sexual e intelectual

Alimentándose escasamente por la nariz

Desea hacerse escuchar por ustedes.

Deseo que se me informe sobre algunas materias,

Necesito un poco de luz, el jardín se cubre de moscas,

Me encuentro en un desastroso estado mental,

Razono a mi manera;

Mientras digo estas cosas veo una bicicleta apoyada en un muro,

Veo un puente

Y un automóvil que desaparece entre los edificios.

Ustedes se peinan, es cierto, ustedes andan a pie por los jardines,

Debajo de la piel ustedes tienen otra piel,

Ustedes poseen un séptimo sentido

Que les permite entrar y salir automáticamente.

Pero yo soy un niño que llama a su madre detrás de las rocas,

Soy un peregrino que hace saltar las piedras a la altura de su nariz,

Un árbol que pide a gritos que se le cubra de hojas.

En Versos de salón, Parra define su poética:

CAMBIOS DE NOMBRE

A los amantes de las bellas letras

Hago llegar mis mejores deseos

Voy a cambiar de nombre a algunas cosas.

Mi posición es ésta:

El poeta no cumple su palabra

Si no cambia los nombres de las cosas.

¿Con qué razón el sol

Ha de seguir llamándose sol?

¡Pido que se llame Micifuz

El de las botas de cuarenta leguas!

¿Mis zapatos parecen ataúdes?

Sepan que desde hoy en adelante

Los zapatos se llaman ataúdes.

Comuníquese, anótese y publíquese

Que los zapatos han cambiado de nombre:

Desde ahora se llaman ataúdes.

Bueno, la noche es larga

Todo sujeto que se estime a sí mismo

Debe tener su propio diccionario

Y antes que se me olvide

Al propio dios hay que cambiarle nombre

Que cada cual lo llame como quiera:

Ése es un problema personal.

En La camisa de fuerza, Parra continúa y depura su visión cívica, y escribe:

ACTA DE INDEPENDENCIA

Independientemente

De los designios de la Iglesia Católica

Me declaro país independiente.

A los cuarenteynueve años de edad

un ciudadano tiene perfecto derecho

A rebelarse contra la Iglesia Católica.

Que me trague la tierra si miento.

La verdad es que me siento feliz

A la sombra de estos aromos en flor

Hechos a la medida de mi cuerpo.

Extraordinariamente feliz

A la luz de estas mariposas fosforescentes

Que parecen cortadas con tijeras

Hechas a la medida de mi alma.

Que me perdone el Comité Central.

En Santiago de Chile

A veintinueve de noviembre

del año mil novecientos sesenta y tres:

Plenamente consciente de mis actos.

Y enuncia el

DISCURSO DEL BUEN LADRÓN

Acuérdate de mí cuando estés en tu reino

Nómbrame Presidente del Senado

Nómbrame Director del Presupuesto

Nómbrame Contralor General de la República.

Acuérdate de la corona de espinas

Hazme Cónsul de Chile en Estocolmo

Nómbrame Director de Ferrocarriles

Nómbrame Comandante en Jefe del Ejército.

Acepto cualquier cargo

Conservador de Bienes Raíces

Director General de Bibliotecas

Director de Correos y Telégrafos.

Jefe de Vialidad

Visitador de Parque y Jardines

Intendente de la Provincia de Ñuble.

Nómbrame Director del Zoológico.

Gloria al Padre

Gloria al Hijo

Gloria al Espíritu Santo.

Nómbrame embajador en cualquier parte

Nómbrame Capitán del Colo-Colo

Nómbrame si te place

Presidente del Cuerpo de Bomberos.

Hazme Rector del Liceo de Ancud.

En el peor de los casos

Nómbrame director del Cementerio.

Actitud cívica que llevará hasta sus últimas consecuencias, como muestran algunos de sus artefactos: "Cuba sí / Yanquis también", "¿Marxista? / -No. Ateo." "En Estados Unidos / la libertad es una estatua." En 1970 participó en un panel sobre otro poeta cívico: Heberto Padilla, quien por Fuera del juego fue maldecido por la UNEAC, cuyo comité director argumentó que

En resumen: la dirección de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba rechaza el contenido ideológico del libro de poemas y de la obra teatral premiados [Los siete contra Tebas de Antón Arrufat]. Es posible que tal medida pueda señalarse por nuestros enemigos declarados o encubiertos y por nuestros amigos confundidos, como un signo de endurecimento. Por el contrario, entendemos que ella será altamente saludable para la Revolución, porque significa su profundización y su fortalecimento al plantear abiertamente la lucha ideológica.

En Padilla, el habla es una argucia literaria central en sus poemas; sin embargo, y al igual que con El Tuerto López y Parra, no es sólo el uso de este recurso el que los distingue, sino que su poesía se basa en una actitud cívica la que, como consecuencia, lleva al orden moral, social y cultural en el que viven a declararlos malditos. Aunque en el "caso Padilla", la UNEAC aceptó premiar el libro maldito y, a decir de Jorge Edwards, en 1971, luego de estar encarcelado y de ser torturado, Padilla

...salió de la cárcel golpeándose el pecho en público, acusándose y acusando a sus amigos de adentro y de afuera de haber sido derrotistas y malintencionados frente al proceso cubano y a su Comandante en Jefe. El derrotismo... constituía en esos días de voluntarismo desatado un delito grave.

Padilla había colaborado con la Revolución desde sus inicios y era un gran conocedor del marxismo y del socialismo real. Su poesía está por encima de sus anécdotas: es valiosa no sólo por el uso de lo conversacional, del habla, como argucia literaria, sino, y fundamentalmente, porque, a decir de los jurados que premiaron Fuera del juego

Hallamos en este libro una intensa mirada sobre problemas fundamentales de nuestra época y una actitud crítica ante la historia. Heberto Padilla se enfrenta con vehemencia a los mecanismos que mueven la sociedad contemporánea y su visión del hombre dentro de la historia es dramática y, por lo mismo, agónica (en el sentido que daba Unamuno a esta expresión, es decir, de lucha).

Padilla reconoce que, en el seno de los conflictos a que los somete la época el hombre actual tiene que situarse, adoptar una actitud, contraer un compromiso ideológico y vital al mismo tiempo, y en Fuera del juego se sitúa del lado de la Revolución, se compromete con la Revolución, y adopta la actitud que es esencial al poeta y al revolucionario: la del inconforme, la del que aspira a más porque su deseo lo lanza más allá de la realidad vigente.

No es nueva la irrupción del habla en la poesía culta, como hemos visto; tampoco es falta de respeto a la gran poesía latinoamericana de los sesenta tratar de escribir como el Padilla de Fuera del Juego: él mismo lo advierte y vaticina:

DICEN LOS VIEJOS BARDOS

No lo olvides, poeta.

en cualquier sitio y época

en que hagas o en que sufras la Historia,

siempre estará acechándote algún poema peligroso.

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