AL FIN EL PRINCIPIO
Ya eres inmune al viento,
palabra.
De papel es ahora
tu sepulcro.
Mudez,
sueño apacible.
Dichosa tú,
que no mueres del todo:
una mirada bastará
para sanarte.
1
Epigramae
I
Ya todo se dijo.
Pido la palabra.
II
Por entre los surcos cosechados rebusco:
el fruto desdeñado tal vez satisfaga.
III
No me espantan odio ni amor.
Medran conmigo mi verdad y yo.
IV
Mi lápida no tendrá nombre y nadie podrá invocarme.
A mí me espera el olvido, a ti la muerte, su rótulo.
V
No me asusta el juego de la muerte.
Tu vejez me aterra, y vivo vivo.
VI
Cada momento para el placer y el goce:
la energía que se gasta se renueva.
VII
Guarda el Sol la Noche y la Luna la Aurora.
¿Dónde yo de mí? ¿En qué tiempo?
VIII
¿Cómo ser, si dos discordian dentro de mí?
¿Y seguir siendo yo, siendo el que quiero ser?
IX
¡Ya! No penes con exceso; acalla tus lamentos.
Si hombre eres, permite que la razón te conduzca.
X
Es agua quieta tu mirada, y quema.
Somete al que la mira, mas lo ignoras.
XI
Jóvenes y bellos por gusto del deseo.
Cuando el tedio venga envejeceremos.
XII
Por Venus, es más grato lo que ella dice
que todos los yambos del arrecho Ovidio.
XIII
Como ciegos amémonos, sin ver lo que vendrá;
que los funestos presagios marchitan los deseos.
XIV
Amo tu limpia belleza; otros la desean.
No hagas caso de sus fatuas y melosas voces
ni aceptes los suntuosos regalos que te dan.
Podría despertar un áspid donde duerme un hombre.
XV
En vano juraste amarme.
Palabras sucias al oído de otro.
Y descreí del loco de Catulo.
Es tu amor losa de viento,
agua de arena.
XVI
Goza del amor, ama y retoza con todos
antes de que acabe tu hermosa juventud,
que se aprestan la vejez y la fealdad
y será el deseo carne que ni la turba apetece.
XVII
A empuñar las guerreras armas
con armoniosos yambos convocas.
Arengas con vigor al pueblo hacia la guerra,
tú, que sólo sangre de mujer has conocido.
XVIII
Si tu elocuente discurso convoca a la rebelión,
que tu entendimiento no corra al parejo de tu lengua.
Muchas orejas tiene Calígula y poco escucha.
No es tu amigo sino tu enemigo, el de tu pueblo.
XIX
Matón, no conforme de hacerlo con mujeres de otros,
te apropias sin idea ni escrúpulos de las ideas de otros.
XX
Nada ni nadie es tan veloz que alcance a Aquiles, dice Homero.
Verdad no dijo o desconocía las injurias en boca de Matón.
XXI
Elocuente fue tu discurso ante la asamblea, Rústico,
mas no lo merece agradable sino veraz el ciudadano.
XXII
Maravilla, Alejandrino, que seas padre, sin procrearlos,
de los hijos de Tais, conocida de todos los romanos.
Aunque no es extraño que seas padre postizo
si ella es madre bizarra, pues parece más tu madre que tu madre.
XXIII
Afortunado eres Alejandrino: Tais
no es poco sabia en los meneos del lecho,
a pesar de que su boca haya repetido
el mismo juramento a todos los romanos.
2
Épica íntima
para cortar a la epopeya un gajo
La Suave Patria
Ramón López Velarde
Pero ¿qué importa la infamia si las monedas están a salvo?
Sátira I
Décimo Junio Juvenal
INVOCACIÓN
Calla, oh vieja, y guarda
el sinsabor de mis amores,
el malgastado sentimiento
de la nación
y apréstate a recitar
los arrestos de la alegría
íntima. Ármate,
contágiate
del espíritu
público y opina.
DECLARACIÓN VERDADERA
Amo a una mujer.
Su vientre
ha depositado semen
de todos colores.
La historia me impone
su amor
con voz marcial.
EL ESTADO Y LOS PARTICULARES
Gime la mujer
como hombre
torturado
en época de paz
épica.
DESDE LA PERSPECTIVA CIERTA
El verde
es amistoso
amo del color
y gobierno del ojo
-escucha.
Calla. El negro
se oscura.
Además,
las palabras
contradirían
los hábitos.
ÉPOCA DE CUENTAS PÚBLICAS
Que el mal no fine
-le han dicho-
sino hasta el fin
de lo infinito.
Y ríe,
porque la observan.
SOY DE LOS QUE SALUDAN LAS CARROZAS
Los héroes
siempre han estado
muertos,
han nacido muertos.
Ella viste
sus calaveras
con colores ausentes.
Visitan museos
y escuelas.
Todos se descubren
a su paso.
Nadie llora.
LOS BESOS DEL VECINO NO SE OLVIDAN
La amo.
No ama mi cordura.
Se deja manosear
por el vigilante del silbato.
En la noche
su carne duerme los recuerdos.
Mis huesos tiemblan
sin pasión.
SUERTE DE GANADORES
Ella les ha dado todo
como si hubiesen vencido
-y en este juego
nadie gana.
Los uniformes
los manufactura
en los ratos
de ocio
en casa ajena.
SI INSISTEN EN LOS CARGOS ME DESDIGO
Sus hijos,
adolescentes
que estacionan sus recuerdos
en la dorada época
del amor y desamor
sin marrullerías.
Ella los ama. Mas yo
odio la ternura
pues ni ella puede
detenerme.
TODOS SOMOS INTÉRPRETES
La misma voz
para todos los rostros
porque la verdad
es privada.
Pero ella ofrece
sus favores
no sólo a los actuantes
del drama público.
EL MOMENTO DE VIBRAR NO OCURRE DURANTE EL COITO
La riqueza del pasado
no condona
la deuda
ni la hipoteca del futuro
-piensa.
Mas los caballos retozan
por la playa
en el televisor
y la reclaman.
Y los atiende, generosa.
LA VIDA ES PARA VIVIRLA
Ha sido su vida
malvida
vivida para sus hijos,
los siempre
insatisfechos.
Al final, yace
pace
a la derecha de la cruz,
olvidada de sí
y de sus penas.
LA GUERRA PRECISA DE LA SELVA
El perro
y la pez,
asunto del amante.
La excursión es ruta
de excrecencias
y cadáveres;
el paisaje es paz
de muertos lejanos
y árboles quemados y asesinados
y pez y podre.
Su sonrisa
enjuga lágrimas
de orgullo.
CÓMO FASTIDIAN LAS NOVEDADES
La felicidad
de la ropa planchada,
del orden de los platos,
del polvo desterrado,
de las flores de artificio
y de los olores frescos.
La tragedia,
como el estreñimiento,
aguarda un guiño laxo.
Y que huyan las madres de los hijos.
3
Días epigramáticos
I
Procuras tu belleza más que nada;
ignoras que se alimenta de sí misma.
II
Pugno por decente modo de besar
el incitante culo de Lesbia
mas no envidio la sutil técnica
que usas con el adiposo de tu jefe.
III
Dios es cruel y castiga, dices.
No busques refugio en ese espejo.
IV
Como el Cristo simulas actuar y conducirte.
Es parábola su vida, ¡oh! lector de parábolas.
V
Confunden ética con épica
los políticos. Tristes tiempos.
VI
Tan dulce como el agua tus besos.
VII
Ama, hermosa y joven, ama con pasión;
aún no es tiempo de las viejas preguntas.
VIII
Ama, a riesgo de tu libertad.
IX
Nos hablan de nueva cultura política
y quieren roturarnos como tierra fértil.
X
El dinero que llama al dinero sin que importe el modo,
es la sabiduría de esta época, el estilo de la moral.
XI
Escribir para buscar sustento
y que el olvido no se entere.
XII
Vociferas para reclamar tus derechos
mas no es tu derecho sino tu condición.
XIII
El discurso se muerde la cola:
se mantiene de sí mismo.
XIV
Muchos libros tiene tu biblioteca,
demasiados por ti escritos.
XV
Que tus poemas no sepan
lo que tu boca dice y calla.
XVI
No eres si tus poemas no dicen lo que otros son.
XVII
Busco tu cuerpo porque el amor
se encarna para ser besado.
XVIII
Si en algo obtengo alguna victoria, me disculpo.
Es el azar que me impone sus costumbres.
XIX
Odias al que te odia.
Qué triste espejo.
XX
Nada sé. Los cuerpos se entienden;
sus almas no. Nada sé, y amo.
XXI
Qué pensamientos te ocupen ignoro.
El amor asiste y lo demás me ignora.
XXII
Nunca he visto morir a un animal.
Yo únicamente me alimento.
XXIII
¿Aman los que no entienden?
XXIV
Lo único eterno es el conflicto.
XXV
Cedo mi muerte a quien la tope:
es la única verdad que poseo.
XXVI
Morir para mostrar que se ha vivido.
O leer el mensaje de la noche.
XXVII
Sí, es presurosa
la vía rápida
para el ligero.
XXVIII
Era mi sueño. Hasta que se lo llevaron.
Aún no pago la factura del insomnio.
XXIX
Soy inmortal: no he muerto.
Hasta que sea lo contrario.
XXXI
Distintos rostros tiene Amor.
Y sólo uno teme al ridículo.
XXXII
No hay tregua, moral.
Mis vicios me son propios.
4
El poeta se mira al escribir
1
He fatigado con tesón mi entendimiento
y desordenado la belleza del poema
para lograr dos versos que enuncien mi pregunta.
2
Entre el pensamiento y la escritura,
entre la palabra y la creencia,
se ha deslizado algo que no entiendo,
algún filtro que deforma lo que digo.
3
Siempre queda después del poema
un gusto a retórica que me aleja de mí mismo.
4
El plagio es una necesidad estética.
5
De acuerdo,
Luis Goytisolo,
las palabras sobran.
6
El poema adelgaza hasta callarse.
7
El poema se cierra para abrirse.
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