Ya sazona su flores el bocote;
ya vuelan, oro viejo, por los nichos.
La veladora roja desempolvo,
la mecha le acicalo para lumbre:
he de ofrendarla a la memoria insomne,
al origen ignorado de este sueño.
(El tiempo es peso, rojo y sangre el tiempo
de Amor que duerme y con tus ojos sueña.)
Será la luz. Tu sombra y tú la miran,
gota de luz para la sombra toda,
y acuden presurosas al Destino.
En alma y carne tu recuerdo llega
y recupera Amor sus mocedades,
(De El arte de vivir precisa olvido)
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