I
INSTRUCCIONARIO
Aquí sólo se trata de bailar y cantar
y sólo los juglares cantamos y bailamos
Ramón Irigoyen
1
A qué pulir tanto
y embellecer el poema
-guijarro del empeño
de líquido diamante.
Si está vivo
no requiere artilugios,
le basta la voz propia.
2
Oye la voz del desierto,
atiende sus señales:
Extirpa lo maduro
del cigotopoema,
no sea que al nacer
lo maduro esté podrido
y haya contagiado lo demás.
3
No valores tu oficio
por las hojas que gastas.
No le importan al árbol
las hojas que tiene,
ni las caídas lo desnudan:
ama las que todavía no ha mudado.
4
Apaga el televisor
y la radio,
cierra el periódico.
Lo tuyo no es descubrir
el cosmos,
se trata de inventarlo
a imagen y semejanza,
y el mundo no es tu aliado.
5
Trabaja como blanco,
asaláriate.
Sé esclavo de la escritura
ordenada y paciente.
Encadénate al destino
de ser estacionador de palabras,
inmovilizador del idioma.
Del poema siemprevivo,
de la palabra sin reposo,
sospecha y abomina.
6
Consulta el Diccionario,
conoce el adjetivo.
Sabe que lo añadido
puede aliviar al verbo
aunque, de refilón,
atarantar al poema,
desconcertar a la poética;
al lector estupefactarlo.
7
Sé ambidiestro,
ser derecho no lo es todo.
Usa todas tus manos
al construir el poema.
Manipúlalo con la izquierda:
Es apenas un retrato
inverso
de lo que amas.
8
Si la fuerza del poema
sangra al pensamiento
y a la hoja la anega,
déjalo en paz,
no puedes matar un muerto.
9
No oigas la voz
del poema
ni sigas sus consejos.
La flecha
no busca el blanco,
quiere vibrar
el aire,
y en tu aljaba
distingo plumas.
10
Lava bien tus manos
antes y después
de escribir.
El crimen perfecto
borra sus huellas.
II
CONSEJOS PROPICIATORIOS
para nombrar lo propio de este tiempo
para nombrar también lo que he perdido
sin remedio
Javier Salvago
1
Desconfía del poema
contundente.
El reino de la mentira
convoca mitos
y, que se sepa,
ninguna vida se ha salvado
con palabras.
2
Si miras que algo se agita
en el medio del poema
no lo tomes a pecho,
es el drama que olvidaron
silenciar
y que busca el centro descarnado
del cosmos.
Ten cuidado porque muerde
y no hay vacuna
que remedie el sufrimiento.
3
Cree, poeta,
que el olvido es fiel
acompañante.
Si la fama y la gloria
te excitan,
ten presente que el poema
es proyecto de poema
y la vida epitafio
para la lápida
del sepulcro del tiempo.
4
No se trata de ser
monumental.
Al pequeño
más le duele
la memoria
y el olvido,
y es de ello
que se nutren los humanos.
5
No te ocupes de lo tierno,
la ternura ya no existe.
Se oxidó en el festival
de pasiones enconadas
del tiempo.
Fue golosina
de alacranes íntimos,
ceba de cerdos con insomnio.
Además,
su color no era gracioso.
6
Si sientes morir
sé masculino, poeta,
y arroja tu deseo
al cesto de los abortados.
Morir es algo simple,
a cualquiera le sucede.
Mas bien, morir retarda,
y la tinta nunca ha sido
la sangre de la muerte.
7
La canción idiota
que parece nacer
cuando sólo repite,
olvídala.
Lo que insiste
en perecer y rebañarse
cada segundo,
tampoco importa.
8
Atiende el rito de la cocina:
La receta del mole es más sabrosa
si enseña a asar los chiles,
si exige manteca de cerdo,
si dota el chocolate preciso.
El alma también tiene apetencias
y requiere yantar de tarde en tarde.
9
Deja al sastre los vestidos.
Desnuda al lenguaje
y ayúdale a mostrar sus carnes.
Que lo único cierto es el cuerpo
y sus intentos de placer
-desde los dientes,
que masticar palabras satisface.
10
A pesar de que ya nadie
encarga versos,
tiene sus virtudes la modernidad.
Una musa liberada y progresista
con empleo asegurado,
que cocine y lave,
que sepa del hogar.
Búscate una musa.
Ya nadie encarga versos.
11
Acopia voz,
tuyo es el grito.
El oído es hijo
del instinto,
y del oficio.
III
PUNTO
FINE
Oh, más dura que mármol a mis quejas,
retoriza mis versos,
mis imágenes obscurece,
ensordece mis sílabas.
Mas yo la amo,
amo a esa puta que se ofrece sanamente
al que la mira con intimidad
y es capaz de comulgar con ella.
Desoigo el más aconsejado consejo de mamá:
A las putas y al poema,
ni toda la ternura ni todas las palabras.
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