¿Acaso no basta ya la calma de tu aposento?
Yehuda Ha-Leví
En oro y negro el lecho de La Hermosa:
Rubias telas en cuyo laberinto
La Luna en cuerpo amable se aposenta.
En esta alcoba duerme el equilibrio.
Una de las ventanas mira al Ávila.
El humo en los espejos hace espléndido
el conjunto oriental que La corteja.
El paisaje, en la aurora, es sueño erótico.
El agua en el estanque sueña mares
de furibundos vientos, de altas olas:
espejo es de La Luna, que se adentra.
En esta alcoba aguarda el equilibrio
al soplo del amor, la magia que haga
(De El arte de vivir precisa olvido)
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