Allí donde un ángel señala desde lejos
invitándonos a entrar:
Se alquila paraíso en ruinas
Juan José Arreola
El delicioso cuerpo es laberinto y jaula:
luminoso y obscuro, sus blancos y sus negros
logran todos los tonos del erótico espectro
sin líneas definidas. Es apretada masa
de besos y humedades, de ternura y palabras:
rota, se ataja, ondula; todo es sacro y obsceno.
Palomas/despertadas/mariposas el cuerpo
que muere y se asesina: dos filos tiene su alma.
Viene la luz y enfoca: el blanco cuerpo yergue,
obscurece al obscuro. La luz desmiente el sueño
y escamotea tu cuerpo. La realidad no duele:
el precio de soñar es mirar el misterio
esfumarse ante el ojo; y –arma de todos filos–
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